Podcast no. 363

Buenos dias bienvenidos a su programa radial “Mujeres Radiantes” que se transmite en vivo desde Canada, soy Leydi Campos, abogada y  presidenta de Canadian Women Foundation Inc. Cuya comisión es expandir el Cristianismo a lo largo de todo Canada y otras naciones. Nuestra conferencia de Teologia del dia de hoy la hemos llamado “ Como ha sido tu impacto en la familia” esta será nuestra sesión I de la serie “Un Hogar Cristo céntrico”

Cita Biblica: de 2 Timoteo 1:1

«Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, según la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.

Bill Elliff: ¿Cómo podemos cambiar el mundo si no tenemos una familia que está llena de la vida de Dios, llena del amor de Dios y llena de la verdad de Dios? Tenemos que adentrarnos en las sanas palabras y luego una vez que nos avivamos en estos elementos, a través de los años, nos despertamos en los elementos de una fe sincera y dones espirituales. Estaremos despertando esto en nuestros hijos y dándoles un sentido de destino y un sentido de llamado y el valor para llevar a cabo ese llamado.

En “Mujeres Radiantes” estamos felices y agradecidas  por lo que Dios ha estado haciendo en tantas mujeres a través de la lectura diaria de la biblia, su evangelio y la guianza de su Santo Espíritu que lleva a la salvación. A través de la oración, la adoracion, la unidad y el trabajo, hemos visto  transformaciones en nuestras vidas y en las vidas de nuestros prójimos. El jueves en la reunión de discipulado nos alegrábamos ver como Gaby esta pasando el legado ya que junto a su hija Danya de 8 años, hizo la oración para empezar la reunión, y que decir de Magui que canto la alabanza junto con su hija de 10 años, Juanita enseñando a sus hijas a tener un corazón generoso y muchas más que falta tiempo para enumerarlas. Que decir de la perseverancia, constancia y compromiso de las embajadoras de la oración cada día, pese a cansancios, aflicciones, espera en respuestas a sus oraciones, ahí siguen fieles pues saben en quien han creido.

 A través de nuestro SEÑOR Jesucristo, su amor, consejo, la voz de Su Palabra, y en cada versículo encontramos un tesoro, es como una piedra preciosa, de las más preciosas porque su valor es incalculable. Es el manual de vida. 

 Cada día dirige nuestros corazones a el, al arrepentimiento, a la integridad, a la limpieza y la purificación, para que nuestros corazones puedan presentarse agradables a sus ojos. Dirígiendonos para poder obedecer y poner en práctica sus mandamientos, preceptos y leyes.

Y ciertamente queremos que nuestras familias conozcan a Dios y el amor con el que Él nos amó que esto sea evidente en nuestros hogares. Y es un gran desafío, sea que tengas hijos biológicos o espirituales.

Es fácil para las mamás desanimarse y preguntarse si realmente están haciendo alguna diferencia.

 Hoy, el anima a los padres a creer que toda la inversión que hacen en la próxima generación realmente es importante. Nuestro ejemplo es Loida, Eunice y Timoteo. Pablo dice en:

 2 Timoteo 2:1: «Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús. Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga a hombres fieles que sean capaces de enseñar también a otros».

Quiero hacerte dos preguntas muy importantes: ¿Cuáles son las verdades esenciales que son vitales para tu familia? Por ejemplo, tienes un hijo de dieciocho años, ¿sabes cuáles son las diez verdades, que son las verdades fundamentales, que si esas verdades no entran en el corazón de tus hijos, en el corazón de tu familia, van a salir y serán fácilmente influenciados por las mentiras del mundo?

¿Cuáles son esas verdades? Aquí está la segunda pregunta: ¿Cómo voy a suplir esas verdades en la vida de mi hijo? ¿Cómo voy a conseguir esas verdades, con todas las otras cosas que vienen a ellos? ¿Cómo es que vamos a poder inculcarlas en el corazón, en la vida, en el espíritu, en la práctica de mis hijos y de mi familia? Porque esa es la única manera en que vamos a poder cambiar el mundo. Porque la verdad es lo que realmente libera a la gente.

 Algunas sugerencias: Una de las maneras de hacerlo es a través de la enseñanza planificada y de manera sistemática, y se aplica con otras personas u otras cosas. En el transcurso de la vida de los hijos, vamos a estar tomando la verdad y vamos a estar caminando a través de ella y vamos a verterla en el corazón de nuestros hijos. También esta como sugerencia LOS MOMENTOS DE ENSEÑANZA. La vida es una gran aula en nuestra casa, dentro y afuera, los hijos ven todo lo que hacemos y un dia, Dios nos sorprende con la salvación de ellos.

Las diez cosas que realmente necesitan estar en la vida de nuestros hijos para que realmente ellos puedan cambiar el mundo, y realmente necesiten saber acerca de Dios y de cómo acceder a Él?»

Pero no solo los momentos de enseñanza, sino finalmente, otra sugerencia, las corrientes bíblicas. En otras palabras, necesitamos estar abiertos a cuáles son las influencias que nuestros hijos tienen. Los amigos que tienen, los libros que leen, los grupos con los que pasan el tiempo; congregarse en una iglesia bíblica que realmente esté enseñando la verdad y que los está desafiando. Podemos hacer una diferencia si vertemos esto profundamente en sus corazones y en sus vidas.

¿Cómo podemos cambiar el mundo si no tenemos una familia que está llena de la vida de Dios, llena del amor de Dios y llena de la verdad de Dios? Tenemos que adentrarnos en las sanas palabras y luego, una vez que nos avivamos en estos elementos, a través de los años, nos despertamos en los elementos de una fe sincera y dones espirituales. Estaremos despertando esto en nuestros hijos y dándoles un sentido de destino y un sentido de llamado y el valor para llevar a cabo ese llamado. Con paciencia venceremos.

Estarán arraigados en las sanas palabras de la fe. Pero luego, ¿qué haremos? ¿A dónde vamos después de ahí? ¿Cómo es que esto va a afectar el mundo? Finalmente, tenemos que agregar también lo que podríamos llamar un plan estratégico. Y esto es muy importante.

Tienes que tener una comprensión del plan de Dios, si vas a pasarle la estafeta a otra persona. En este pasaje de las Escrituras vemos esto ilustrado por tres generaciones. Vemos a Loida, que de alguna manera sabía, «necesito darle esto a mi hija Eunice». Y Eunice, que probablemente ni siquiera tenía un esposo creyente, dijo: «De alguna manera, tengo que inculcar esto en mi hijo Timoteo». Y entonces probablemente la escuchamos decir en el camino, «ahora Timoteo, tienes que compartir esto con otras personas».

Así que lo vemos ilustrado en esta familia y lo vemos alentado por Pablo. Aquí Pablo, quien realmente era el verdadero padre espiritual de Timoteo, en 2 Timoteo 2:1–2, habla de cuatro generaciones. Él dice: «He tenido esta verdad, te la he pasado a ti; quiero que le des esto a hombres fieles que les darán esto a otros también».

Así que en este plan hubo esta idea de multiplicación, y por supuesto, sabemos que este es el plan de Jesús, ¿no es así? Vayan y hagan discípulos, que harán discípulos, que harán discípulos, quienes harán discípulos. La forma en que creas este tsunami es al entender el increíble poder de la multiplicación.

Ya sabes cómo funciona un tsunami. Empieza con una erupción en un núcleo vivo y luego las olas comienzan a salir a través del océano, de hecho, son olas grandes. Tú podrías recorrer cientos de kilómetros del mar y ni siquiera ver una sola ola, pero es una fuerte corriente por debajo que está creciendo y creciendo y creciendo y creciendo. Y cuando entra en contacto con algo, tiene un impacto fenomenal.

Así Dios está construyendo nuestra familia. Sabes que en ciertos días pensamos, «uff, no sé si esta familia algún día podrá ser construida; no sé si alguna vez podremos tener todas estas cosas». Pero tú solo necesitas permanecer fiel, haciendo lo mejor que puedas, clamando al Señor en oración: «Oh Dios, que nuestra familia ayude a cambiar el mundo». Y tú vas a ir a lo largo del tiempo y vas a estar construyendo este sentido en tus hijos: «Vivimos para discipular a otros quienes discipularán a otros, quienes discipularán a otros».

Estaba pensando esta semana acerca de mi abuelo y mi abuela, Tomás Alvis Alvarene Carter y su esposa, escuchen esto, Molly Missouri Mosely Carter. Ellos nacieron en la década de 1870 y Molly y Tomás tuvieron catorce hijos. Diez de ellos vivieron hasta la edad adulta y el último de esos niños era mi madre.

Ahora, una cosa interesante para pensar, si tú tienes dos hijos, que tienen dos hijos, que tendrán dos hijos, que tendrán dos hijos, en la décima generación tú vas a producir, a través de tu línea, 1.024 niños. Eso es un montón de niños para impactar al mundo. Pero Molly y Tomás tuvieron diez hijos que vivieron hasta la edad adulta. Todos ellos tuvieron un promedio de cuatro hijos y todos ellos fueron creyentes que caminaron con el Señor.

Mi madre solo iba a la iglesia una vez al mes, porque esa era la única vez que la iglesia estaba abierta. Pero todos los domingos su padre y su madre se sentaban en el porche y les enseñaban la Palabra de Dios a sus hijos. Y todos esos niños llegaron a ser grandes hombres y mujeres de Dios.

Si tú tienes diez hijos, que tienen cuatro hijos, que tienen cuatro hijos, que tendrán cuatro hijos, en la décima generación, ¿sabes cuántos niños van a producir? Habrá 2,6 millones de niños. Ahora, quiero que pienses sobre esto en términos del propósito de Dios, porque el diablo también ha pensado al respecto y ha copiado ese plan. De hecho, ¿sabes lo que está haciendo por todo el mundo en este momento? Le está diciendo a la gente de su fe y sus religiones, «ten un montón de hijos, llénalos de tus creencias, incluso que estén dispuestos a morir por ellas. Solo sigue teniendo hijos con esas creencias y el mundo va a cambiar».

¿Sabías que en Francia, en este momento, que tiene una tasa de natalidad tan baja que ni siquiera pueden mantener la población de su propio país, familias musulmanas se han ido a vivir con su fuerte fe, y en dos generaciones Francia prácticamente se ha convertido una nación musulmana? Ellos están cambiando el mundo. ¿Sabes por qué? Es el poder, el poder físico de la multiplicación.

Ahora, solo piensa en lo que podría pasar si dijeras, «¿qué es lo que puede hacer mi propia familia para realmente cambiar el mundo?» Puedes levantar a una familia con una fe ferviente que comprende sus regalos y conoce la verdad y tiene un sentido de llamado y se da cuenta de que puede hacer una diferencia en este mundo.

Entonces tú puedes entrenarlos y decirles: «Hijos, queremos que ustedes tengan hijos, hijos físicos e hijos espirituales que discipulen y desarrollen». Enséñales a hacer lo mismo para que el siguiente también haga lo mismo y así sucesivamente. En las futuras generaciones, nuestra familia enviará millones de discípulos que ayudarán a avanzar el reino de Dios.

Les contaré una última historia antes de que Holly tome la palabra. Mi bisabuela del lado de mi padre era María Elliff. No sé mucho acerca de María, excepto que ella era una firme creyente. Se mudaron desde Tennessee, ella y su marido, J.T., o sea James (Santiago), a Oklahoma cuando todavía era territorio indio.

Ella se enfermó y se estaba muriendo y le dijo a su marido, (de hecho, lo tenemos en un diario), «por favor, no me dejes morir en este salvaje país indio». Así que vendieron su granja, y subieron a un tren en Fort Smith, cambiaron de tren en Little Rock y la acostaron en el tren, ya que estaba muriendo.

James se arrodilló junto a María y ella le dijo: «Yo voy a morir, pero tienes que prometerme dos cosas. Una, tienes que prometerme que vas a dar tu vida a Cristo y número dos, tienes que prometerme que vas a criar a nuestra hija para Cristo». Y entonces ella murió.

El testimonio de James fue que él se quedó de rodillas junto a ella por mucho tiempo y se levantó un cristiano. Regresó a su casa, él enterró a su esposa y comenzó a criar a esa hija para Cristo. Dios le dio una segunda esposa que era una maravillosa mujer creyente y tuvieron varios hijos. Uno de ellos fue mi abuelo, que se convirtió en un pastor.

Mi abuelo tuvo dos hijos, un hijo y una hija. Su hijo fue mi padre, que se convirtió en un pastor. Después mi papá tuvo cuatro hijos, tres hijos y una hija. Tres se convirtieron en pastores y su hija se casó con un pastor. Ahora, en la siguiente generación, hay dieciocho nietos y los dieciocho están caminando con Cristo y catorce de ellos, por cierto, o son pastores o misioneros o se han casado con pastores o misioneros. Ahora estamos en la siguiente generación que está llena de hombres y mujeres jóvenes que también están siguiendo a Cristo.

Todo por una mujer, que cuando tomó su último aliento y que probablemente en ese momento no estaba pensando, «estoy haciendo un impacto en mi familia por la causa de Cristo»; pero su fe sincera ha cambiado al menos una parte del mundo y ese es nuestro llamado, ¿amén? Eso es lo que Dios quiere que hagamos. Cariño. . .

Holly: Sabes, esto no es algo que Dios espera que cumplamos. Esto es algo que Él desea cumplir en nosotras. Él ya nos ha dado todo lo que necesitamos para vivir como Dios manda. Así que, amigas, quiero que piensen hoy por un minuto en lo que su «cociente epicentro» sería si pudiéramos medir su hogar hoy con una escala de Richter. ¿Cuál sería tu medida? ¿Eres un diez negativo? ¿Eres un cinco? ¿Eres un nueve? Dios sabe esto el día de hoy. Yo no sé eso de tu hogar. Yo sé lo que Dios me ha llamado a hacer en mi casa y yo sé que ningún hogar algún día llegará a ser perfecto. Pero amigas, necesitamos estar buscando el llamado de Cristo. Esto importa, esto realmente importa y no solo nos importa a nosotras, sino que también le importa a las generaciones que vendrán después de nosotras, mucho más de lo que nosotras podemos imaginar.

Lo que hacemos, la decisión que tomamos, importa. Permítanme cerrar con este pensamiento:

Señor, danos una casa que tenga a Cristo en el centro, para que entre más tiempo vivamos más te podamos ver. Un hogar donde tu verdad se proclame sin temor y que los hijos que vivan allí crezcan año tras año para parecerse más a Jesús. Hasta que un día tú nombre resuene en cada lengua y el mundo que has creado te alabe como uno solo. Señor, danos un hogar que tenga a Cristo en el centro.

Te quiero preguntar, ¿es ese tu deseo hoy? Ese es el deseo de nuestro Padre para nosotras. Oremos juntas.

Padre, te damos las gracias hoy, porque tú no esperas que nosotras creemos algo con nuestras propias manos. Padre, reconocemos plenamente que esto solo puede ocurrir en y través de ti, según accedemos a lo que tú ya has hecho. Señor, te rogamos que nosotras salgamos de este lugar como mujeres con un llamado en nuestro corazón, no importa si tenemos un marido que no es creyente, no importa si tenemos un marido que es creyente, o si somos solteras, o viudas, tu llamado no cambia.

Padre, si tenemos un marido que es creyente, yo oro que tú nos guíes a seguir a nuestros maridos, para que tu trabajo se pueda cumplir a tu manera, y también Padre, que nosotras rindamos nuestros hogares a Ti, para que algún día el impacto que tú quieres que tengamos se haga real en este mundo por la causa de Cristo.

A Dios y solamente a Dios sea la gloria, amén.

Nancy: Esa es Holly Elliff, recordándoles a los padres que toda su inversión, su sacrificio y arduo trabajo por su familia sí importa. Holly y su esposo, el pastor Bill Elliff, han estado mostrándonos cómo cada familia puede hacer una diferencia en nuestro mundo y también en las futuras generaciones.

Tengo muchas amigas que son madres jóvenes con niños pequeños y sé que necesitan todo el ánimo que puedan conseguir. Tal vez tú conoces a una madre que sería bendecida por este programa. Puedes enviarle el enlace con el audio o la transcripción al visitar AvivaNuestrosCorazones.com.

Annamarie: Gracias Nancy. Visítanos allí en AvivaNuestrosCorazones.com y asegúrate de compartir este programa con más mujeres.

Hace no mucho tiempo escuchamos el testimonio de una mujer que ha sido edificada con programas como este. Ella compartió con nosotros un poco de su historia y quisiéramos que la oyeras al concluir esta serie. Escucha lo que ella dijo:

Mujer: Hola hermanas queridas, buenas tardes. Les quiero compartir y agradecer lo que Dios ha hecho en mi vida y agradecerles por sus oraciones y por los medios de gracia que hemos recibido como familia mis hijos y yo, por medio de Aviva Nuestros Corazones. Mi hijo pródigo Dios lo trajo, fue un año muy difícil y yo agradezco con todo mi corazón a Dios por haber puesto este medio tan hermoso de gracia que es Aviva Nuestros Corazones.

Hace aproximadamente año y meses, conocí por primera vez del grupo por medio de mi hermana, porque ella supo mi dolor, mi aflicción al saber a mi hijo hundido en las drogas y en el mundo, y ella me mandó un audio de un testimonio de Christopher Joan y su mamá, Ángela, y su testimonio me conmovió y fue una bendición.

De ahí comencé a buscar, y un día llegó una invitación para recibir audios del grupo de Aviva, y fue en un momento muy importante en mi vida porque mi hijo acaba de tener un accidente, su segundo accidente mortal, y en esos días yo recién había conocido al grupo. De hecho, les pedí que oraran por favor por la vida de mi hijo que está muy grave, y sobre todo por su alma.

Fue un año muy difícil mis hermanas, pero en verdad les agradezco con todo mi corazón, porque sin los estudios, sin los audios, sin el grupo de oración, no sé dónde estaría mi vida. Yo sé que Dios las puso en mi camino. Yo sé que es para Dios la gloria, la honra, pero Él pone medios hermosos de gracia que en este caso fueron ustedes a través de los audios, de la hermana Nancy, escuchando; y luego ver mis hijos. Mi hija se había ido de la casa con el novio después de tanto estar aquí.

Ella tiene ya un año y medio más o menos que se fue, pero ahora gracias a Dios también eso…dos respuestas hermosas me dio el Señor en este año. Una fue la vida de mi hijo, Dios lo trajo a Sus pies; y la otra la vida de mi hija que ya se casó, y mis dos hijos están buscando del Señor.

Hace tiempo una hermana querida que también está en el grupo, me dijo, viendo mi necesidad, que si quería seguir el reto de 31 días de orar por los hijos, y fue un parteaguas. Fue lo que cambió, creo yo, radicalmente mi vida porque cuando me llegó mi hijo, volvió a recaer después de su accidente y estaba muy mal. Pero al empezar él me quebrantó a mí, me confrontó.

Cómo oras porque tu hijo o hija sean misericordiosos…y dónde estás tú. Y me volví con toda mi alma, con todo mi corazón a ese reto, hermanas. Lo escribía en una libreta pequeña, todo lo que me mandaban tal cual, y luego el versículo del día y lo pegaba en mi recámara, y Dios vio tanto mi clamor, que todavía no terminaba el reto, cuando mi hijo vino a mi casa con un corazón tan necesitado del Señor…y de ahí él ha estado buscando de Dios, ha estado concentrado, está muy agradecido con el Señor y me dijo el otro día Aviva Nuestros Corazones avivó la vida de mi mamá, y es cierto.

Aviva me avivó porque yo no sé cómo estaríamos si no las hubiera conocido. Dios las bendiga hermanas, y nunca perdamos la fe. Vayamos a orar, nos sintamos como nos sintamos, pase lo que pase, no dejemos de ir a buscar a Dios y de orar también por las hermanas, que Dios las siga fortaleciendo. Dios las bendiga hermanas. 

Annamarie: Dios está obrando en medio nuestro de muchas maneras. Espero que este testimonio y la enseñanza que has escuchado en estos últimos días te anime a continuar haciendo discípulos de Cristo y a orar por la próxima generación. 

En ocasiones puedes sentir que tu mundo se está cayendo a pedazos, o que estás en medio de un caos que inunda tu vida. En el Salmo 29, el rey David nos recuerda dos verdades muy importantes: Dios reina y Él cuida de ti. 

Este programa fue traducido por Andrea Calixto Álvarez

“Mujeres Radiantes” es un ministerio de alcance de “Leydi Campos Canadian Women Foundation. Inc”

Categorías: Blog

1 Comentarios

A WordPress Commenter · agosto 24, 2024 a las 7:55 pm

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